Cuida tu interior
Cuida tu interior
Cuida tu interior como lo más importante, vigila cada sentimiento negativo que te quiera surgir, confiésalo delante de Dios y deséchalo en el momento.
Para vivir en la plenitud de Cristo, debemos darle lugar a la transformación total que produce la palabra y la presencia de Dios. Nuestra transformación como creyentes debe ser integral, total y absoluta. Esta transformación comienza cuando nacemos de nuevo y debe ir creciendo cada día en la medida que le damos lugar al Señor. Para saber el nivel de transformación debes recordar como eran tus pensamientos y tus palabras en el pasado y como están ahora.Si antes tenías pensamientos de odio, envidia, ira, venganza, lujuria, fornicación y adulterio; ahora deben predominar los pensamientos de perdón, paz, amor, fe y santidad. Tus pensamientos son muy importantes, lo que tenemos dentro de nosotros es la clave del estado espiritual. No me refiero a debilidades o tentaciones aisladas, sino al hábito de vida que llevamos, lo que hacemos y practicamos cada día. Debes prestar especial atención a los pensamientos que te predominan, no te dejes engañar por la carne ni por el enemigo. Si notas pensamientos de temor, amarguras, heridas, fracaso, frustración, etc; deséchalos hoy mismo. La palabra de Dios te da vida y poder para vencer toda obra muerta de la carne y toda mentira del diablo. Nuestra vida debe estar saturada de la presencia de Dios, nuestra mente debe funcionar como la mente de Cristo. No permitas que pensamientos negativos te dominen, comienza a cambiar hoy por la palabra poderosa del Señor todo pensamiento negativo por uno de fe.
Cuida tu interior como lo más importante, vigila cada sentimiento negativo que te quiera surgir, confiésalo delante de Dios y deséchalo en el momento. Las raíces de amargura, las maldiciones, las ataduras diabólicas y las fortalezas negativas están todas dentro, en la mente y corazón, que son la torre de control de nuestras decisiones.
Como vencer las ataduras negativas
Todo lo que reconozcas como pecado, ataduras espirituales, temores, fortalezas mentales negativas o incredulidad, se te irán en primer lugar cuando lo decidas, nadie cambia si no quiere cambiar, en el primer momento que te dispones a cambiar y decides tener una vida mejor buscando a Dios, el Señor mismo se dispone con toda su gracia y poder para ayudarte y transformarte.
“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. (…)” Santiago 4:8
En segundo lugar debes ser sincero ante Dios y confesar lo que te sucede, sea lo que sea, enciérrate en oración a Dios y pasa un momento con Él contándole todo lo que te pasa. Luego debes renunciar a todo lo malo, haciendo por ejemplo esta oración: “Renuncio al odio en el nombre de Jesús” y declaro perdón. Hazlo las veces que lo creas necesario y revierte todo lo negativo por confesiones de fe, contra el odio, pide al Señor amor, perdón, paciencia y sabiduría para enfrentar toda situación. Contra el temor comienza a declarar palabras de fe y de confianza total en Dios. Busca en la palabra de Dios acerca de tu necesidad y de tu tema y confiesa esos versículos.
Debes leer la palabra de Dios hasta que se haga parte esencial de tus pensamientos y sentimientos, debes meditarla, estudiarla y memorizarla, ella te hará libre de toda mentira del diablo y te llenará de fe para vivir gozoso y en victoria total.
“ Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón”. Colosenses 3:16 (NVI)
Escuche el testimonio de la esposa del pastor John Osten que le diagnosticaron canecer terminal en unas semanas, pero ella decidió seguir con vida (la muerte y la vida están en el poder de la lengua. Prov. 18:21) y como su interior estaba lleno de fe comenzó a declarar que no se moriría y que Dios la sanaría y le daría largos años de vida, busco pasajes bíblicos referentes a la sanidad y los confesaba todo el día, no solo que pasaron unas semanas y no se murió, sino que fue totalmente sana del cáncer y Dios la bendigo con tantos años de vida que su esposo murió antes que ella y sigue con vida.
Un hábito de vida
Esto debe ser algo constante. Y a medida que disfrutes más de su palabra, más se hará un hábito que guiara tu vida. La transformación es gradual para vencer ataduras, a veces es rápido, pero a veces requiere algo de perseverancia. No te desanimes, nada es más poderoso que la palabra de Dios para transformarte. Escuchando mensajes de fe también te renovarás para no caer en mentiras. Dios esta contigo, no te desanimes en nada, el ayuda a todos sus hijos que le buscan con sinceridad.
En la medida que te sigas llenando no solo tus pensamientos van a cambiar, sino tu visión de la vida y tus palabras serán totalmente distintas. El Señor lleva a cabo en nosotros una obra tan maravillosa que somos mudados en otra persona y esto no solo cambia nuestro interior, sino que verás cambios en todo tu alrededor, tendrás una vida abundante, llena de paz, salud, prosperidad y unción para ser una verdadera bendición a otros en las manos de Dios.
“Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos,
sino que en la ley del Señor se deleita,
y día y noche medita en ella.
Es como el árbol
plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!” Salmo 1:1-3Por Esteban Correa