Ser tentado no es pecado
El Pecado es ceder a la tentación...
1 Corintios 10: 13
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
Muchas personas creen que ser tentado es pecado, pero si nos vamos a las escrituras podemos deducir fácilmente que ser tentado no es pecado, el pecado seria caer o acceder a la tentación.
En la vida de Jesús podemos notar como ser tentado no es pecado, puesto que Jesús mismo fue tentado por el mismo Satanás (Mateo 4: 1-11), pero el no accedió a la tentación, Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Esto quiere decir que el pecado no esta en ser tentado, sino que el pecado esta en caer o acceder a la tentación.
Además algo impórtate de aclarar es que Dios jamás nos tentara, en Santiago 1: 13 leemos: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”.
La tentación nace de nuestra concupiscencia es decir de nuestros deseos, lo podemos leer en Santiago 1: 14, 15, “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Entendiendo esto podemos decir que cada uno de nosotros será tentado durante el resto de nuestra vida terrenal, la tentación siempre estará ahí, nunca dejaremos de ser tentados, pero que lindo es saber que junto con la tentación Dios nos dará la salida (1 Corintios 10:13)
Si tu eres de las personas que piden y piden que la tentación desaparezca de su vida, quiero decirte que eso nunca ocurrirá, pues vivimos en una constate lucha en donde nuestros deseos querrán cometer aquellas acciones que van en contra de la voluntad de Dios, en lugar de clamar por que la tentación se vaya es mejor clamar a Dios para que la fortaleza necesaria venga a nuestra vida para resistir al Diablo para que huya de nosotros (“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” Santiago 4:7).
Ser tentado no es pecado, pues serás tentado durante el resto de tu vida, pero ten cuidado, si bien es cierto ser tentado no es pecado, puedes caer en la tentación cuando tus deseos no están sometidos a la comunión con Dios.
Y es que una cosa es ser tentado y otra cosa es caer en la tentación, por una parte no dejaremos de ser tentados, pero por otra parte podemos abstenernos de caer en la tentación. Parafraseando las palabras de Martín Lutero puedo decir: “No puedo evitar que la aves vuelen sobre mi cabeza, pero si puedo evitar que hagan nido en ella”. Así mismo no podemos evitar que la tentación aparezca en nuestro caminar, pero si podemos evitar que la tentación vaya a hacernos esclavos del pecado.
Quizá últimamente te has sentido tentado en algún área de tu vida, la tentación esta en bandeja de oro, lista para concretarla, hasta el momento quizá no has accedido a ella, pero te has sentido mal por ser tentado, quiero decirte que eso es normal, todo hijo de Dios experimentara la tentación en cualquier faceta, lo lindo de todo esto es que ahora ya no vivimos para satisfacer los deseos engañosos, mas ahora vivimos para agradar a Dios, si hasta el momento has sido tentado pero no has pecado, no te preocupes, al contrario siéntete orgulloso de la fidelidad que has mantenido a Dios.
Ahora bien si últimamente has sido tentado y has accedido a la tentación concretando el pecado, quiero decirte que Dios quiere darte una nueva oportunidad, el hecho de que hallas caído en pecado no quiere decir que tienes que alejarte de Dios, al contrario, ahora necesitas mas que nunca estar cerca de El porque si pecaste es señal de que aun hay mucha necesidad de Dios en tu vida. Dios no ama tu pecado, pero te ama a ti y quiere rescatarte, porque el no vino por los sanos, pues el sano no tiene necesidad de medico, el vino por los pecadores, aquellos que reconocen su pecado y están dispuestos a permitirle que cambie sus vidas sometiéndose a su voluntad.
No estoy acá para juzgar tu pecado, porque no soy ningún juez, al contrario estoy acá para demostrarte que el amor de Dios es tan grande que aun cuando hubieres fallado si tienes un arrepentimiento genuino puedes ser perdonado y restaurado de tu pecado. A la vez tienes que reconocer que la tentación no acaba en el momento que le entregues tu vida al Señor, al contrario, ahí se desatara una guerra en donde la tentación será el plato de cada día, pero que lindo es reconocer que “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7), eso quiere decir que tu tienes el dominio propio para decir NO AL PECADO y SI A UNA VIDA AGRADABLE A DIOS.
Ya no es tiempo de ceder a la tentación, es hora de comenzar a agradar a Dios con una vida alejada del pecado, si, la tentación siempre estará ahí, pero también la fortaleza de Dios estará ahí siempre y cuando nos mantengamos en continua comunión con el Señor a través de la lectura de la Palabra, la Oración, el Servicio y el congregarse. No digas soy un débil, puesto que débiles todos somos, pero el débil se hace fuerte en la presencia del Señor y en su comunión continua.
En la vida de Jesús podemos notar como ser tentado no es pecado, puesto que Jesús mismo fue tentado por el mismo Satanás (Mateo 4: 1-11), pero el no accedió a la tentación, Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Esto quiere decir que el pecado no esta en ser tentado, sino que el pecado esta en caer o acceder a la tentación.
Además algo impórtate de aclarar es que Dios jamás nos tentara, en Santiago 1: 13 leemos: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”.
La tentación nace de nuestra concupiscencia es decir de nuestros deseos, lo podemos leer en Santiago 1: 14, 15, “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Entendiendo esto podemos decir que cada uno de nosotros será tentado durante el resto de nuestra vida terrenal, la tentación siempre estará ahí, nunca dejaremos de ser tentados, pero que lindo es saber que junto con la tentación Dios nos dará la salida (1 Corintios 10:13)
Si tu eres de las personas que piden y piden que la tentación desaparezca de su vida, quiero decirte que eso nunca ocurrirá, pues vivimos en una constate lucha en donde nuestros deseos querrán cometer aquellas acciones que van en contra de la voluntad de Dios, en lugar de clamar por que la tentación se vaya es mejor clamar a Dios para que la fortaleza necesaria venga a nuestra vida para resistir al Diablo para que huya de nosotros (“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” Santiago 4:7).
Ser tentado no es pecado, pues serás tentado durante el resto de tu vida, pero ten cuidado, si bien es cierto ser tentado no es pecado, puedes caer en la tentación cuando tus deseos no están sometidos a la comunión con Dios.
Y es que una cosa es ser tentado y otra cosa es caer en la tentación, por una parte no dejaremos de ser tentados, pero por otra parte podemos abstenernos de caer en la tentación. Parafraseando las palabras de Martín Lutero puedo decir: “No puedo evitar que la aves vuelen sobre mi cabeza, pero si puedo evitar que hagan nido en ella”. Así mismo no podemos evitar que la tentación aparezca en nuestro caminar, pero si podemos evitar que la tentación vaya a hacernos esclavos del pecado.
Quizá últimamente te has sentido tentado en algún área de tu vida, la tentación esta en bandeja de oro, lista para concretarla, hasta el momento quizá no has accedido a ella, pero te has sentido mal por ser tentado, quiero decirte que eso es normal, todo hijo de Dios experimentara la tentación en cualquier faceta, lo lindo de todo esto es que ahora ya no vivimos para satisfacer los deseos engañosos, mas ahora vivimos para agradar a Dios, si hasta el momento has sido tentado pero no has pecado, no te preocupes, al contrario siéntete orgulloso de la fidelidad que has mantenido a Dios.
Ahora bien si últimamente has sido tentado y has accedido a la tentación concretando el pecado, quiero decirte que Dios quiere darte una nueva oportunidad, el hecho de que hallas caído en pecado no quiere decir que tienes que alejarte de Dios, al contrario, ahora necesitas mas que nunca estar cerca de El porque si pecaste es señal de que aun hay mucha necesidad de Dios en tu vida. Dios no ama tu pecado, pero te ama a ti y quiere rescatarte, porque el no vino por los sanos, pues el sano no tiene necesidad de medico, el vino por los pecadores, aquellos que reconocen su pecado y están dispuestos a permitirle que cambie sus vidas sometiéndose a su voluntad.
No estoy acá para juzgar tu pecado, porque no soy ningún juez, al contrario estoy acá para demostrarte que el amor de Dios es tan grande que aun cuando hubieres fallado si tienes un arrepentimiento genuino puedes ser perdonado y restaurado de tu pecado. A la vez tienes que reconocer que la tentación no acaba en el momento que le entregues tu vida al Señor, al contrario, ahí se desatara una guerra en donde la tentación será el plato de cada día, pero que lindo es reconocer que “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7), eso quiere decir que tu tienes el dominio propio para decir NO AL PECADO y SI A UNA VIDA AGRADABLE A DIOS.
Ya no es tiempo de ceder a la tentación, es hora de comenzar a agradar a Dios con una vida alejada del pecado, si, la tentación siempre estará ahí, pero también la fortaleza de Dios estará ahí siempre y cuando nos mantengamos en continua comunión con el Señor a través de la lectura de la Palabra, la Oración, el Servicio y el congregarse. No digas soy un débil, puesto que débiles todos somos, pero el débil se hace fuerte en la presencia del Señor y en su comunión continua.
La tentación no es pecado, pero el pecado esta a la vuelta de la tentación si no te paras firme.